Los colores de Tarkovsky.
- Martín J. Casas
- 9 ago 2022
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 27 sept 2024

“Uno de los problemas más serios de la representación en el cine es el de los colores”
Así dice Andrei Tarkovsky, director de cine ruso que filmó obras inolvidables como Stalker, El espejo, Solaris, El Sacrificio o La infancia de Ivan.
Confieso que el cine de Andrei lo descubrí en la cuarentena. ¿Tarde? No lo sé, quizás si llegaba antes no lo hubiese apreciado y aprendido tanto como en ese momento. Mientras leía "El esculpir en el tiempo" (Su obra escrita), observaba sus películas poniendo pausa y volviendo a reproducir las secuencias que me llamaban la atención.
Es que Andrei es un maestro del cine por donde se lo mire. Un verdadero tiempista y sobre todo un hombre altamente sensible, totalmente abocado a transmitir sus emociones a través del film.
Stalker. 1979
Pero este no es un artículo sobre su filmografía sino, más bien sobre una premisa que el maestro sostiene sobre el uso del color.
“Hay que esforzarse por neutralizar el color y evitar un efecto activo del color
sobre el espectador. Si el color como tal pasa a ser el aspecto dominante de la toma,
entonces el director y el director de fotografía están tomando prestados de la pintura
métodos eficaces para influir sobre el público."
Andrei Tarkovsky.
En sus películas ha usado blanco y negro, monocromía y color. Incluso en algunas películas aplica los tres recursos de manera muy natural. Y es cierto que en los casos que usó el color, se nota una clara intención de ser discreto.
Generalmente veremos pocos colores y en lugares precisos del encuadre. Su intensidad está casi siempre disminuida aunque, hay un color que se manifiesta un grado de saturación alto y sobresale fuertemente del resto.
Andrei suele recurrir a prolongados planos secuencia o planos fijos de extensa duración plagados de pequeñas acciones en apariencia intrascendentes, y sin embargo aportan sensiblemente al argumento. Entonces la inclusión del color tiene que estar al servicio del factor psicológico, que los colores no emitan emociones por sí solos sino, que acompañen, y si es posible, que pasen desapercibidos.
¿Qué pasaría al contrario? Usar el color como un elemento de mejora, como un plus o incluso como una herramienta reparadora. Es posible, es válido, sí. Pero devela una flaqueza en la esencia de una película. El guión, la idea. La construcción previa de una película puede constar de muchas etapas y si en ellas se piensa en el color como un elemento central, probablemente lo sea, y entonces tendremos una película tan bella como vacía.
El Espejo 1975
Tanto en "El espejo" como en "Stalker" se pude apreciar el cambio desde la imagen en colores a las composiciones monocromáticas. El mismo Andrei, en "El esculpir en el tiempo" comenta sobre este recurso fisiológico. Su idea es brindar un descanso a la mirada y le permita adentrarse en el aspecto dramático de la escena.
Esto es algo que he conversado en más de una ocasión con mi alumnado. Después de darle vueltas al tema llegamos a la siguiente conclusión: El estudio del color tiene como verdadero fin, manipularlo para no estropear lo que ya tenemos.
Comprobé también que el color podría ser el puntapié creativo de una obra, pero lo creo más propio del arte pictórico, por ejemplo en el movimiento impresionista o expresionista en el cual, la mancha y el color son el recurso primordial para transmitir las emociones del artista.
En el cine es otra cuestión. Sabemos que una película medianamente grande está concebida por varias etapas de pre-producción, producción, y post producción. En cada una de estas etapas trabajan muchas personas tratando, con toda su buena voluntad y capacidad, llevar a cabo las ideas del director que, en algunos casos, ni siquiera le conocen la voz.
Tarkovsky intenta por todos los medios que sus equipos de trabajo no se extiendan lo suficiente como para que esto ocurra, y que cada componente del staff de trabajo, intervenga comprometidamente en la historia. Algo sumamente complejo y riesgoso pero que puede conseguir un grado de expresión muy interesante en el resultado final.
Ya sea en la maquinaria industrial de hollywood o en los equipos reducidos del cine independiente, la idea de partir desde los colores para crear una obra, es como mínimo un experimento. Puede salir, pero no es lo que se recomienda.
Solaris. 1972
Paleta general en su filmografía
Verdes azulados saturados y oscurecidos. Nunca amarillos puros, quizás cercanos al naranja y/o apagados. Rojos intensos pero para acentuar elementos. Una gama extensa de tonos de marrón en muchas de sus películas y algunos casos en monocromía en sepia.
“La gama de colores tiene su propia lógica y el director ha perdido la batuta sí la ha dejado en manos del proceso técnico. Es prácticamente imposible obtener una selección consciente que acentúe los elementos cromáticos del mundo real (…)”
Andrei Tarkovsky.
No por nada vamos a encontrar a los realizadores más encumbrados de Hollywood crear paletas de colores súper definidas a lo largo de sus películas. Selen estar compuestas entre 3 o 5 colores en total, aunque predominan 2 colores complementarios. Normalmente este par se turna entre los protagonistas. Y en tal caso se componen triadas de color entre este par de complementarios y un tercer color mediador que compensa, acompaña o divide a estos personajes.
Ya sabemos que Hollywood trabaja especialmente a partir de, y para la psiquis del espectador, buscando llevarlo por caminos claros y eficaces. El color es una herramienta fisiológica que, usada con precisión y conocimiento, puede ser altamente implacable. Entonces con gran destreza lo utilizan para crear una "narrativa paralela" que hace de guía y sostiene al espectadxr, le estimula o a veces directamente le provee de información.
No está para nada mal, en varias ocasiones lo he visto aplicado de una manera sutil y eficaz. Pero, en algunas oportunidades creo que ese exceso podría tratarse de una subestimación innecesaria hacia el público y no deja espacio a la imaginación.
“(…) Y por muy extraño que nos parezca, aunque el mundo que nos rodea tiene color, la película en blanco y negro reproduce su imagen con mayor
cercanía a la verdad psicológica, naturalista y poética, correspondiendo, por lo tanto,
mejor a la naturaleza de un arte que se basa en las características de la visión.”
Andrei Tarkovsky.
Andrei lo que ha intentado es que el color nunca se sobreponga a la verdad psicológica. Que al ver sus escenas con esos personajes reflexivos, seas vos quien completa esos pensamientos, que seas vos quien le imprimas emociones a sus actos. No usa al color para inducirte, simplemente usa el color como un elemento más de ese mundo real en el que vive el personaje. Todo aquello que le asignes a los personajes estará dado por la trama esbozada, en conjunto con los diálogos, los colores, los sonidos y la música. Y por supuesto, al final y no menos importante, tú subjetividad.
Todos estos elementos ocupan el lugar que la historia les brinda para que exploten su potencial en la medida justa y necesaria.
Sin duda este asunto merece un estudio y debate que nos encontrará con casos particulares en los que pueda tener más sentido o no. Pero me parece un punto a tener en cuenta a la hora de pensar el color en cada secuencia, en cada escena, cada plano. Preguntarnos primero sobre lo que está pasando y qué necesita del color para considerarla "completa".
¿Vos qué pensás sobre las palabras de Andrei?
Me gustaría conocer tu opinión en los comentarios. Nadie tiene la última palabra.
Bibliografía:
"El esculpir en el tiempo" Andrei Tarkovsky
Editora: Sabrina Ramallo
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