Mientras viajo, videoclips.
- Martín J. Casas
- 13 jul 2022
- 4 Min. de lectura
Se me está haciendo una buena costumbre hacer video clips mientras viajo
Estoy de viaje, en realidad vivo de viaje desde Enero de 2022. Después de dos años de idas y vueltas, pandemia de por medio, pruebas y aprendizaje puro, finalmente es un hecho.
Tomé la decisión y con mi compañera nos lanzamos a la aventura de vivir mientras nos movemos. Lindo, inspirador, divertido, osado y todas esas cosas que se dicen, pero por favor agreguen: Nada sencillo. Un tema para desarrollar, pero en esta historia por lo menos los pongo un poco en contexto.
Para el mes de Marzo estábamos con una real necesidad de conseguir dónde instalarnos con nuestra pequeña mini rodante. A Mark lo conocía de mi viaje en moto de 2020. Enseguida hubo buena onda y desde entonces se mostró muy abierto a compartir su trabajo. De hecho desde 2020 hasta hoy uso su música para la mayoría de mis creaciones, con su consentimiento claro, y eso generó una confianza entre ambos muy natural.
Cuando llegamos en Enero a Dina huapi (a unos 15km de Bariloche, Río Negro) las cosas no se dieron justo cómo las planeamos y realmente se nos fue complicando todo progresivamente. Teníamos acordado con alguien que nos íbamos a instalar y justo un día antes de llegar se frustró ese plan. Durísimo.
Fuimos sorteando el problema como pudimos semana a semana. Pero cada vez era más complicado y esto nos complicaba más y más ocuparnos de conseguir lugares para ofrecer nuestros talleres, que era la idea principal.
A lo de Mark no podíamos ir aunque tenía muy buena voluntad. Enero y febrero son meses muy calientes, con un sol penetrante y nunca está nublado. El espacio que tiene Mark y su familia no tiene ningún árbol ni nada que produzca sombra. Creíamos que podía ser muy duro no sólo para nosotros sino también para las cosas. Los equipos por ejemplo.
En fin, llegando a finales de Febrero la cosa estaba verdaderamente trabada. Otra vez no teníamos dónde instalarnos, se cayeron promesas de lugares para dar talleres y menos que menos dinero para ir a un camping en el medio de la temporada en una zona mega turística. Antes de esto, uno o dos días atrás, Mark me comentó que quería hacer algo y que le dijera de qué se podía tratar hacerlo, cuánto costaría. Era por una idea de un documental o algo por el estilo con un amigo. Algo un poco difuso, nada certero.
Sábado a la noche llamé a Mark. Fui al grano.
Mark, el lunes necesitamos un espacio para quedarnos un mes más por la zona. Hagamos un vídeo clip. Mark, en resumidas cuentas, contestó: Dale.
Nos instalamos en la parte de atrás de su casa. El sol en Marzo ya no castiga, pero también nos dimos cuenta que no hubiese sido tan grave como pensábamos. El tema iba a ser el viento. Ya les daré detalles.
El caso es que nos sentamos a trabajar rápido porque le advertí que teníamos que aprovechar cada día para planear mucho la idea. Teníamos el mínimo recurso posible, todo debía estar puesto en una idea muy sencilla pero a la ves llamativa. Estábamos de acuerdo en esto y que no teníamos que trabajar sobre una historia sino más bien sobre un concepto. Esto nos iba a ayudar a ser más efectivos. Una historia podría necesitar más recursos y corríamos riesgo de que quedara todo a medias. Me mostró su canción y me encantó. Todo su trabajo me encanta en realidad, sabía que iba a fluir. Escucho mucha música, pero la de Mark siempre me emocionó de entrada.
A los pocos días le conté algunas ideas que sumé a otras qué el tenía sobre la canción.
Al cabo de dos semanas ya tenía un modelo, una maqueta del clip grabada. Si, un video casi terminado pero sin Mark. Me fui sólo a la locación, un bosque pequeño en el que me grabé yo mismo para probar el efecto que suponía cierta dificultad y más tarde quería convertir en el recurso central del vídeo.
Era difícil de contarlo con palabras, había que mostrarlo.
Le encantó y le dimos curso a la idea. Avancé con el guión día a día para definir con toda la precisión posible los golpes musicales con los cambios de planos y la transición del bosque al cerro. Cuuando faltaba aproximadamente una semana para irnos, grabamos. En total fueron 3 jornadas. Tuvimos que esperar días nublados para las escenas del bosque, necesitaba una luz pareja para que no afectara al montaje de personajes (El triángulo de"Los Marks", le empezamos a decir a esa escena.). También estaba interesado en mantener una paleta de colores con baja saturación en el bosque. En esta parte de la canción priman los medios tonos mientras que más tarde, en la composición musical, hay un momento de tonos altos y quería representarlo con más luz y más contraste.
El caso es que antes de irme ya teníamos una maqueta casi terminada del vídeo porque se trató de reemplazar las imágenes mías por las de Mark. Nunca trabajé de esta manera y fue genial. Hacer un guión visual, aunque puede parecer un esfuerzo extra, terminó por rendir mucho más de lo que esperaba. Me sirvió no sólo para chequear que funcionaba el recurso que sostendría la idea del vídeo, sino que además significó una herramienta para ahorrar mucho tiempo de post producción. Así que las dos semanas que siguieron, mientras ya viajaba hacía la zona del cuyo, se trataron de afinar los montajes de las máscaras, revisar algunos cortes y trabajar sobre el color. Listo, en menos de 2 meses teníamos un vídeo simple pero potente.
Mark estaba muy contento y lo publicó a la semana en su canal de youtube. Le fue muy bien y sigue marchando con muy buena cantidad de vistas. Efectivamente llama la atención tal como lo supusimos.
Lo hicimos Mark y yo, simplemente. Un vídeo más mientras viajo. Muy contento de poder hacer lo que más me gusta mientras vivo como mejor me sale, en movimiento.
Espero que les guste.
Detalles sobre el viento.
Suelen correr vientos de 30 km con bastante frecuencia, salvo días en que no corre ni una brisa, los menos. Tanto que se hacen comentarios al respecto. "Che, hoy no hay viento!" No lo llames dice otro. Algunas otras ocasiones se hace presente a una velocidad de 80 km, con ráfagas de 100 km, y con lluvia.
Esos días no se pudo editar, y menos grabar. Había que ocuparse de que no se nos vuelen las cosas.
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